Ivette Sosa
En Tabasco, los legisladores integrantes del Congreso local aprobaron con 32 votos a favor el dictamen por el que se reforman el Código Civil y la Ley de Derechos de l@s niñ@s y adolescentes para prohibir en dicha entidad del sureste del país, el castigo corporal a los menores.
Al respecto, la señora Luisa Fernanda Zetina, de 52 años, madre de cuatro hijos y abuela de tres, comenta que si bien se debe evitar el maltrato físico y psicológico de los hijos, resulta una intromisión a la educación en casa, “el que los padres estén impedidos, legalmente, de poder establecer medidas de control en el hogar”.
-Señora Zetina, ¿considera usted que sí funciona la filosofía de la chancla en la educación de los hijos?
“Definitivamente -responde-, una nalgada o un chanclazo a tiempo, son una forma necesaria para poner límites en la educación de nuestros hijos. No hablo de masacrar, sino de educar con amor, valores, respeto y límites, como en otrora lo hacían nuestros padres y abuelos”.
-Los psicólogos se oponen a educar con chanclazos…
“Ellos, como los diputados tabasqueños podrán decir misa, pero la educación la debemos dar en casa los padres, porque en la escuela se instruyen y en casa los educamos. Así que un chanclazo o un coscorrón a tiempo a nuestros hijos, vale más que pagar diez sesiones al psicólogo o arrepentimientos posteriores por tener hijos malcriados o, peor aún, tolerar ninis o adultos inútiles”.
